Nacemos en los valles centrales de la tierra donde Dios nunca muere, donde la danza de la pluma y el jarabe del valle están siempre presentes, acompañados de una diversa gastronomía hecha con productos de la región y de gente amable y feliz, siempre dispuesta a compartir su sabiduría, donde el mezcal es una bebida espirituosa lista para ser disfrutada, adentrándose desde antes, desde siempre en la cultura y tradición Oaxaqueña.